El niño que no existía (2º parte)
El verano terminó y la pequeña Elisa tuvo que volver a la ciudad, al pequeño apartamento en el que vivían, al colegio, a las clases de inglés y de música, a la rutina. A la típica vida de niña de ciudad de clase media-alta. Más llena de comodidades que de otra cosa. Mientras, Dani se quedaría en ese pueblito llevando una vida dura y salvaje, en la que básicamente, estaba sólo siempre en el campo rodeado de animales o de los extraños que pasaban por allí. Aquellos extraños siempre le enseñaban cosas, algunas buena otras malas y otras peores, pero él siempre escuchaba atento. Había aprendido pronto, que algunos de estos personajes podían ser violentos si no se era obediente. Una vez, cuando tenía 5 años, un señor, al que llamaban “ Cabrero ” pasó allí unos días y le enseñó a cazar conejos con cepo. Se tiró tres días llorando, al llegar al primer cepo, el conejo aún no había muerto y le obligaron a hacerlo. Al negarse, “ Cabrero ” le dio dos tortas en la cara, le dijo que era un